El autorretrato a la edad infantil es más que un simple dibujo de representación. Mediante este ejercicio el niño capta lo más esencial de su fisonomía, nos muestra cómo piensa, siente y ve el mundo .
Las formas, pese a ser simples por lo general, suelen ser contundentes como la aplicación de la línea, el color, o la incorporación de detalles localizados en el fondo, a veces, en la propia ropa del torso, que el niño siente como elementos esenciales que le definen.
Es, a su vez, una práctica que invita al niño a reflexionar sobre su apariencia, y convierte el ejercicio en un saludable instrumento para su autoconocimiento.
VG
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